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memoria anual 2015
01. Cartas
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“La calidad de estos resultados refuerza nuestra confianza en la capacidad de Bankinter para generar beneficios futuros”

María Dolores Dancausa, Consejera Delegada

¿Cómo puede calificarse el Ejercicio 2015?

Creo que el Ejercicio 2015 puede calificarse de excelente. Pero para no caer en triunfalismos, digamos simplemente que los resultados del año fueron muy satisfactorios. Si examinamos la cuenta de resultados, el Grupo Bankinter alcanzó un beneficio neto de 375,9 millones de euros y un beneficio antes de impuestos de 520,3 millones, lo que representa aumentos 36,3% y del 32,5%, respectivamente, sobre el ejercicio anterior, que a su vez ya había conseguido un crecimiento considerable sobre el año precedente. Estamos hablando del mayor nivel de beneficios obtenido hasta ahora por el banco, procedentes en su mayor parte del negocio recurrente de clientes, no de operaciones financieras ni de beneficios atípicos, algo que no por repetido deja tener una gran importancia, ya que ese tipo de negocio recurrente es el que ha permitido incrementar el margen de intereses y el margen bruto, pese a un entorno de tipos inusitadamente bajos. Además, la calidad de estos resultados refuerza nuestra confianza en la capacidad de Bankinter para generar beneficios futuros.

Paralelamente, en 2015 acentuamos nuestras tradicionales fortalezas de calidad de activos y de solvencia. La tasa de morosidad bajó hasta el 4,1%, frente al 4,7% de 2014, representando menos de la mitad de la tasa promedio del sector. Línea Directa Aseguradora fue también la compañía con el mejor ratio combinado, es decir, con el mejor margen asegurador del mercado. Por lo que se refiere a la solvencia, Bankinter mantuvo un sólido ratio de capital CET1 (fully loaded – al final del proceso de transición) del 11,6%, entre los más elevados de la banca y muy por encima de las exigencias regulatorias. Asimismo, tenemos un índice de rentabilidad, medido en términos de ROE, que es el más alto del sector en España, y un ratio de eficiencia que está entre los mejores.

Incluso la cotización de nuestra acción, que en el conjunto de bancos que cotizan en la bolsa española venía siendo con diferencia la de mejor comportamiento en el largo período de crisis, hareforzado su posición en 2015, siendo la única del sector que ofreció rentabilidad  a sus accionistas al sumar plusvalías más dividendos. No está de más recordar que las pérdidas de capitalización bursátil en los bancos cotizados a lo largo de 2015 fueron durísimas, llegando a perder en algún caso hasta el 35% de su valor. Bankinter generó empleo y aumentó el crédito en 2015, cuando el sector está inmerso en un proceso de ajuste de su capacidad.

¿Por qué esta tendencia a contracorriente?

Es cierto que vamos un poco a contracorriente. De hecho, Bankinter fue el único banco en España que creó empleo neto en 2015. También crecimos en activos totales, en depósitos y en crédito. Respecto a la cartera crediticia, me gustaría también destacar que en un período en el que una de las principales quejas ha sido la falta de crédito, Bankinter ha incrementado el saldo total de su cartera por segundo año consecutivo.

La mayoría de los principales parámetros de nuestra salud empresarial muestran mayor dimensión y fortaleza que en 2007, año que precedió al largo período de crisis. Ello ha sido gracias a nuestra estructura y algunas de nuestras características, que nos han permitido por un lado acusar menos el impacto de la crisis, y por otra nos ha permitido recuperarnos antes de sus efectos. Estos resultados son también consecuencia de un modelo de negocio sano, con potencial y recorrido, unido a un conjunto de líneas de negocio en las que permanentemente invertimos para que continúen su desarrollo y crecimiento.

¿A qué se deben estos resultados tan favorables, en un contexto financiero marcado por la complejidad y la incertidumbre?

Se deben, por supuesto, a un numeroso conjunto de causas, algunas de ellas mérito nuestro, y otras externas que están fuera de nuestro control.

Empezando por estas últimas, es de justicia reconocer que los vientos soplaron a favor. Nos ayudó la buena marcha de la economía en España y su ritmo de crecimiento, tuvimos un menor impacto que el anticipado por la incertidumbre que producía el alto número de convocatorias electorales durante el ejercicio. También ayudaron la política monetaria del Banco Central Europeo, los bajos precios del petróleo, y otra serie de factores. Y en cuanto a las causas endógenas, aquellas atribuibles a las decisiones de las distintas personas que integran Bankinter, he de decir que la primera de ellas es la calidad, dedicación, actitud y esfuerzo de todas ellas. Ahí está la clave de todo lo demás. De ahí la importancia de perseverar en el rigor del proceso de selección, en el esmero a las oportunidades de formación que proporcionamos, en el cuidado del enorme potencial que tenemos ante nuestros propios ojos y a veces nos pasa desapercibido. La ilusión de tantas personas, que aprecian trabajar en una entidad estable y sólida, donde se puede mirar a medio plazo con confianza, ha sido el principal factor de nuestro éxito.

Como segunda causa de nuestros logros considero las inversiones hechas en años anteriores en todas y cada una de las líneas de negocio, que han madurado y han dado fruto. O sea, es mérito de acertadas decisiones tomadas en el pasado inmediato.

Y por último, mencionaría las mejoras de los sistemas de control de que disponemos, tan importantes a la hora de mantener equilibrio entre distintas fuerzas, distintos estímulos y distintas incentivos.

Todo lo anterior, unido a nuestra firme determinación de mantenernos dentro de unos rigurosos principios de actuación y comportamiento, considero que han estado en la raíz del éxito de Bankinter en el pasado Ejercicio, y van a seguir siendo igual de críticas para conseguir éxito en 2016 y en años sucesivos.

¿Cuáles fueron las áreas de negocio más destacadas en 2015?

Yo estoy muy satisfecha con los resultados de la gran mayoría de las áreas de negocio. Distinguiría entre las áreas que hemos relanzado y todavía tienen una corta experiencia, de las que han alcanzado mayor nivel de madurez.

Entre las primeras hay que destacar el buen comportamiento del área de financiación al consumo, impulsada a través de Bankinter Consumer Finance, una de nuestras apuestas estratégicas en 2015, alcanzando unos crecimientos en sus cifras de inversión del 71%, aprovechando el cambio de tendencia en el consumo interno que se detectó a lo largo del ejercicio. También he de mencionar al segmento de Banca Personal, que obtuvo en ese mismo ejercicio unos crecimientos de margen bruto superiores al 50%. Entre las líneas tradicionales, con años de éxitos continuados, he de mencionar un año más la línea de Banca Privada, cuyo patrimonio gestionado alcanzó los 28.000 millones de euros, un 21,2% más que en el ejercicio precedente. O nuestro negocio en el área de Empresas, cuya inversión aumentó un 5,6% y en el que quiero subrayar también los éxitos obtenidos en los productos y servicios del Negocio Internacional.

Y por último, aunque no por ello menos importante, hay que destacar el magnífico Ejercicio realizado por Línea Directa Aseguradora, cuya aportación a los ingresos y a los beneficios del grupo es, año a año, excepcional. En 2015 sus pólizas aumentaron un 6,4%, hasta un total de 2,37 millones, y dentro de esa tónica general de crecimiento, el ramo de Hogar fue el que consiguió mayor crecimiento, con un 18%.

La gran novedad de 2015 fue la adquisición del negocio de Barclays en Portugal. ¿Hasta qué punto esa operación cambia la estrategia de la entidad?

La adquisición en Portugal ha sido sin duda una iniciativa y una experiencia nueva para nosotros, pero no comporta en absoluto un cambio de estrategia. Es novedad porque nunca antes habíamos crecido en base a adquirir otros activos u otras redes, y nunca antes habíamos optado a extender nuestro negocio fuera del mercado doméstico español. Con esta decisión hemos ampliado y abierto nuestras opciones a crecer por adquisición y crecer fuera de España. Pero nuestra estrategia, lo que hacemos y cómo lo hacemos, los principios desde los que operamos, se mantienen.

Esta decisión va a enriquecer nuestra experiencia y conocimientos. Y va a ser positiva para todos: para quienes adquirimos y para quienes se integran en nuestra empresa. La nueva red, sus clientes, sus cualificados profesionales y el conjunto de servicios que ofrecen va a contribuir a nuestro éxito en 2016 y años sucesivos, y nos va a permitir adaptar y contrastar nuestras prácticas en todo aquello en lo que disponemos de mayores capacidades y que nos ha dado los mejores resultados, como la banca privada, la banca de empresas, la gestión de patrimonios y la banca personal. Además, la operación nos permite replicar en Portugal el éxito de nuestra alianza con Mapfre en seguros de vida y planes de pensiones.

Si lo medimos en cifras, ¿cómo cambia la fisonomía de Bankinter con la operación de Portugal?

En grandes cifras, el negocio minorista de Barclays en Portugal cuenta con una cartera crediticia de 4.590 millones de euros, 2.785 millones de euros en activos gestionados fuera de balance, una red de 84 sucursales, una plantilla de 940 empleados y 177.000 clientes, de los cuales 15.200 son empresas. Eso quiere decir que la operación nos permite aumentar nuestros volúmenes y nuestra base de clientes de manera nada trivial, ya que comporta incrementos entre el 7% y el 20% en los distintos parámetros por los que medimos el negocio.

La adquisición consumirá 320 millones de capital, de los que 120 millones se financiarán con el fondo de comercio negativo y el resto con una emisión de bonos. Creemos, por tanto, que la repercusión de la operación en el balance de la entidad, en su cuenta de resultados y en su nivel de solvencia es perfectamente asumible y nos permite crear valor para nuestros accionistas desde el primer momento.

Una vez abierta esa vía, ¿hay posibilidades de seguir creciendo a través de adquisiciones y participar en el proceso de consolidación que se espera en el sector?

No lo tenemos previsto, aunque continuaremos, como hasta ahora, prestando  atención a cualquier oportunidad que pueda surgir en el mercado, siempre que encaje con nuestro modelo, y por supuesto, que nos aporte valor. En España he de decir que será complicado encontrar ese tipo de oportunidades, ya que la reducción del número de entidades ha sido muy brusca. Y aunque es cierto que abundan las especulaciones sobre posibles operaciones de consolidación para supuestamente resolver los problemas de un sector marcado por los bajos tipos de interés y por la consecuente reducción de los márgenes, no  nos vemos en ninguna de esas operaciones.

Además, creo que en este momento no debemos distraernos y centrar todos nuestros esfuerzos en culminar con éxito la reciente adquisición en Portugal.

¿Cuáles son las expectativas para 2016?

Nuestras expectativas son las de finalizar el año con una dimensión mayor que la que teníamos al cierre de 2015, medida en términos de clientes, de volúmenes de inversión y recursos, y medida también en términos de ingresos. Simultáneamente, hemos de finalizar el año siendo una entidad más eficiente y más rentable para sus accionistas, cumpliendo además con desahogo las exigencias impuestas por los reguladores en cuanto a Capital, Solvencia y el resto de parámetros que determinan cuán robusta y sólida es una entidad financiera. Por tanto nuestras prioridades van a ir encaminadas a transformar en realidades todas esas expectativas y objetivos planteados.

Al mismo tiempo hay factores externos que también serán determinantes para que las expectativas se cumplan, porque al igual que he reconocido la ayuda de los vientos favorables en 2015, estos pueden cambiar, o desaparecer bruscamente, como hemos observado en los primeros meses de 2016, donde ha predominado la “calma chicha”, esa quietud empresarial no del tipo que deseamos cuando queremos reposar o reflexionar, sino ese tipo de quietud que desespera, porque nos deja sin control sobre el rumbo al que queremos dirigirnos. Confío, sin embargo, que la incertidumbre derivada de la fragmentación del Parlamento español tras las elecciones generales del pasado mes de Diciembre se gestione adecuadamente y que en un plazo razonable quede todo despejado para que 2016 sea de nuevo un buen año para la economía española.

Por último, en el sector financiero, es previsible que se mantenga el escenario de tipos de interés próximos a cero, lo cual planteará un año más de muy bajos márgenes para las instituciones de crédito. Pero por otro lado, si se consolidase la tendencia en la economía española y se continuasen incrementando los niveles de empleo, continuaría descendiendo la morosidad y se dinamizaría el consumo doméstico, lo cuál sería  muy positivo para nuestro sector.

¿En este sentido, cómo va a abordar Bankinter los desafíos de la revolución tecnológica en la industria financiera?

Sin duda es importante afrontar los desafíos que se nos presentan como consecuencia de la velocidad que ha adquirido el desarrollo y disponibilidad de nuevas capacidades tecnológicas. Durante los 50 años de vida de Bankinter los avances tecnológicos han estado siempre presentes, y podemos afirmar con orgullo que han sido muy bien aprovechados por nuestro banco. Es más, hemos sido pioneros en ello. Pero lo cierto es que en ninguna de las etapas anteriores esos avances tecnológicos han tenido el impacto en la vida empresarial que hoy está teniendo, ni la aceleración de esos avances y esos cambios ha tenido nunca la vertiginosa marcha que hoy tiene.

Estos avances están incidiendo mucho más que todas las transformaciones anteriores en nuestras relaciones con los clientes, y además proporcionan a las empresas una “escalabilidad” nunca antes conocida, que permite gestionar volúmenes varios órdenes de magnitud mayores por unos incrementos de coste marginales.

Bien, pues precisamente por esa oportunidad de hacer mucho más sin que apenas cueste más, y por las enormes posibilidades que se nos abren tanto en el frente tradicional de los procesos bancarios, como en las formas de relación con nuestros clientes, hemos de prestarle la atención debida, y seleccionar con mucho criterio aquellos proyectos que aplicarán las nuevas tecnologías a nuestro negocio. Porque el territorio de actuación es prácticamente infinito, y ello requiere en consecuencia ser muy selectivo, y acertar en esas decisiones, optando por las que mayor retorno proporcionen al negocio en menos tiempo.

Lo último que quiero, la última de mis intenciones, es que nos apuntemos a una moda. Afortunadamente no tenemos necesidad de apelar a moda alguna. Entre otras cosas, nuestra dimensión no nos lo permite. Por tanto todo lo que hagamos en el territorio de las nuevas tecnologías ha de producir resultados; resultados medibles y claramente apreciados por quienes han de rendir cuentas por sus líneas de negocio.

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